Mía: así te llamas.
¿Qué más armonía?
Mía: la luz del día;
Mía: rosas, llamas.
¡Qué aromas derramas
en el alma mía
si sé que me amas,
oh Mía!, ¡oh Mía!
Tu sexo fundiste
con mi sexo fuerte,
fundiendo dos bronces.
Yo, triste; tú triste...
¿No has de ser, entonces,
Mía hasta la muerte?
Rubén Darío
Si me lo piden asi..., con ese sentimiento, podría...
ResponderEliminarUn beso.
Vaya,vaya...Con esa dulzura hago lo que me pidas...TE AMO
ResponderEliminarEres único rescatando grandes maestros...
ResponderEliminarGRACIAS.
Parece que hubo un mal entendido de palabras, tu me has hablado en el blog de Susy y te he contestado alli.
ResponderEliminarUn saludo.
Campoazul, está claro que las palabras a veces no son bien interpretadas. Todo aclarado y espero que no se apague tu inspiración...
ResponderEliminarUn abrazo.
Ladrón de Palabras, gracias nuevamente. Yo sólo intento que la lectura y la música sean caricias en nuestra memoria.
ResponderEliminarChao, hasta pronto.
Bonito post.felicidades
ResponderEliminaruFf pedazo de poema :)
ResponderEliminarUn abrazo Feliz año :D